Juegos en casa

5 Juegos divertidos para jugar en casa

1. ¿En qué animal estoy pensando?

Un niño elige un animal y, sin decírselo a nadie, lo imita a la vista de todos. El que lo adivine ocupará su lugar. Y así sucesivamente. No vale hablar, solo gesticular y hacer sonidos.

 

2. Postales personalizadas

Tanto si estamos de vacaciones como si se acerca un cumpleaños o una fecha especial, será divertido confeccionar unas postales para enviar a amigos y familiares. Necesitamos una cartulina del tamaño de una postal, pinturas y un lápiz o bolígrafo (además de un sobre y sello).

Dejaremos que el niño dibuje lo que quiera, a sí mismo, a toda la familia, un paisaje… Por el reverso, animémosle a contar brevemente cómo lo está pasando, qué hace durante el día, etc. Lo ideal es que el niño nos dicte el texto y, al final, ponga su firma (si ya sabe escribir su nombre).

 

3. Una casa de cartón

O un coche, un avión… Todo es posible si tenemos una caja de cartón lo bastante grande como para que el niño quepa dentro. Para hacer la casa hay que colocar la caja con la abertura hacia abajo y recortar los huecos de la puerta y las ventanas (lo haremos nosotros).
El niño puede encargarse de decorarla: puede pintar las tejas, la chimenea, macetas con flores, un buzón, etc. Cuando la termine, podrá jugar con ella. Para hacer un coche, la caja se coloca al revés, para que el niño pueda meterse dentro. Él se encargará de dibujar las ruedas, los mandos, etc.

 

4. Juegos de ingenio

¡A ver quién dice más nombres de niña! (o de niño, o de utensilios de cocina, o de profesiones, o de juguetes…). El juego se puede ir complicando según el ingenio de los participantes. Se pueden pedir palabras curiosas, como por ejemplo cosas que quepan en una caja de zapatos, platos que se puedan comer con las manos, animales que no tienen pelo, o cualquier otro acertijo que se nos ocurra.

 

5. Inventar un cuento

Es más divertido si los padres jugamos con ellos. Alguien empieza la historia y los demás, por turnos, van añadiendo un par de frases hasta completar el cuento. Lo mejor es que un adulto vaya escribiéndolo. El resultado suele ser un cuento muy divertido.

 

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